Homenaje de la APDH a Eugenia Manzanelli

APDH Nacional

El día 18 de agosto de este año 2020 falleció una luchadora por los derechos humanos, nuestra compañera Eugenia Manzanelli.

La Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) recuerda con gran reconocimiento a una integrante de la institución desde su primerísimo comienzo.

En días de violencia y peligro, durante los últimos años del gobierno de María Estela Martínez de Perón sumó su voluntad a la de nuestras y nuestros fundadores, personas de reconocida trayectoria, para lograr la creación de un espacio de resistencia, denuncia y defensa de todos los Derechos Humanos.

Desarrolló una intensa tarea voluntaria en favor de padres, madres, familiares, amigos y amigas de las personas detenidas-desaparecidas que en gran número acudían a la Asamblea en busca de ayuda. Contener, guiar y acompañar la búsqueda era el compromiso diario. 

Con gran modestia y generosidad, rodeada de papeles que relataban tremendas tragedias, asumió la responsabilidad de generar la base de datos, los testimonios de la detención, secuestro y desaparición de miles de víctimas del terrorismo de Estado. Esenciales elementos probatorios para reclamar la vigencia del derecho a la vida en múltiples gestiones.

En una entrevista que se le realizó sobre la Historia de la APDH decía: “Guardo hermosos recuerdos de todo lo que hice en ese período de mi vida”, “nunca olvidaré el trabajo como responsable de la Comisión de Vigencia de los Derechos Humanos, rodeada de compañeras que fueron militantes de la vida, en un clima de cariño, confraternidad y alegría a pesar del horror reinante”, ”las reuniones y conversaciones con compañeros como los Obispos de diferentes iglesias, Jaime de Nevares, Carlos Gattinoni, que me ayudaron a abandonar mis prejuicios y compartir ideales”. Comentaba también que les decía a sus nietos: “Participen, nada enseña tanto como la acción, ser actores los convertirá en buenas personas”.

Compartimos acá un breve fragmento de aquel encuentro en el que recuerda esos primeros años de trabajo de nuestro organismo. 

Un fuerte abrazo para su adorada familia, su hijo, nietos y bisnietos.

Querida compañera descansa en paz.