Genocida incumple restricciones y camina en soledad por las calles de Villa Constitución: APDH solicita se ordene su inmediato traslado a cárcel común
El martes 9 de Marzo fue visto caminando por las calles de Villa Constitución, en incumplimiento de las restricciones ordenadas por el tribunal Federal N° 4 de Rosario.
Hablamos de Roberto Pellegrini, procesado y pronto a ser sometido a juicio por treinta y dos (32) casos de privación ilegal de la libertad agravada, por mediar violencia y amenazas, ocho (8) casos de homicidios agravados por el concurso premeditado de dos o más personas y asociación ilícita. Son los delitos más aberrantes de nuestra historia reciente que constituyeron el genocidio perpetrado durante el Terrorismo de Estado.
El “Pocho” Pellegrini, como le apodan en la ciudad del sur Santafesino, era Jefe de División Personal de ACINDAR y un colaborador activo y necesario de las fuerzas represivas que en 1975 coparon la ciudad de Villa Constitución e implantaron el terror; concretamente, se desempeñaba como nexo entre las fuerzas represivas y los máximos directivos de ACINDAR.
Roberto “Pocho” Pellegrini es parte de esa sociedad y componentes civiles imprescindibles para que el aparato genocida funcionara aceitado y con impunidad asegurada durante ya más de 45 años.
En aquel tremendo operativo, desplegado en Villa Constitución, más de 30 obreros fueron asesinados y más de 300 trabajadores fueron secuestrados, torturados y encarcelados.
El genocida Pellegrini, Luego de ser beneficiado con la posibilidad de cumplir la prisión preventiva en su domicilio, fue premiado con la posibilidad de caminar diariamente por las calles de Villa Constitución, SIEMPRE ACOMPAÑADO DE ALGÚN MÉDICO O FAMILIAR.
Sin embargo, el martes 9 de Marzo, fue visto y fotografiado caminando en soledad. Es por lo expresado que desde APDH hemos denunciado y solicitado al Tribunal Federal N° 4, que acorde a la gravedad de los delitos cometidos, conforme su buen estado general de salud, el incumplimiento de lo ordenado y a las obligaciones internacionales que nuestro país ha asumido para erradicar la impunidad, la justicia DEBE ordenar el traslado a una cárcel común.
En audiencia celebrada ante el juez instructor el propio Pellegrini reconoció su desobediencia y absoluta falta de apego a las órdenes judiciales. Descontamos una resolución judicial ejemplificadora.
A 47 años de aquella heroica gesta obrera y popular, del 16 de marzo de 1974, es un orgullo seguir obligando a que paguen en la justicia los genocidas que colaboraron en apagar con sangre el fuego y las ansias de liberación de todo un pueblo.
EL ÚNICO LUGAR PARA LOS GENOCIDAS ES LA CÁRCEL.
NO OLVIDAMOS, NO PERDONAMOS, NO NOS RECONCILIAMOS