Declaración pública de la APDH Regional Balcarce por el 24 de marzo
Exactamente 45 años atrás, las Fuerzas Armadas argentinas desalojaban a los gobernantes electos por las mayorías populares, sometían a la población y daban inicio al ciclo de mayor represión y crueldad de nuestra historia.
Con ello, concretaron un paso mas dentro del plan orquestado por la principal potencia extranjera para la instalación de gobiernos títere en la región sur de su continente.
Exactamente 45 años atrás, civiles y militares instalaron una dictadura para modificar el modelo económico del país y volver a la vieja factoría colonial agroexportadora. Para ello se dispusieron a perseguir, secuestrar, encarcelar, humillar, torturar y exterminar a los grupos o sectores que representaban una oposición a la concentración de las riquezas en pocas manos.
Y lo hicieron, y con ello concretaron un nuevo, planificado y consciente genocidio sobre el suelo argentino, eliminando militantes, trabajadores activos y delegados sindicales, estudiantes e intelectuales, entre otros. Lo hicieron convencidos de que gozarían de una impunidad “natural”.
Y masacraron, …. pero también exiliaron, endeudaron, despilfarraron, mintieron, amenazaron, oscurecieron, censuraron, engañaron, sojuzgaron, guerrearon, destruyeron y empobrecieron.
Todo hicieron con la complicidad de tradicionales entidades, de banqueros, de altos clérigos, de poderosos empresarios, de jueces, de políticos, y de los grandes y conocidos medios de comunicación.
No sólo actuaron sobre grupos o sectores determinados. Actuaron sobre la sociedad toda. Lo hicieron imponiendo miedo, ideología y neoliberalismo económico.
Siete años después se vieron obligados a abandonar el gobierno. Lo hicieron profundizando la desigualdad, pero logrando incorporar en parte de la sociedad cierto disciplinamiento social y cierta pasividad ante la acumulación de la economía en unos pocos.
45 años después, la potencia extranjera de siempre ya no asola esta parte de la región con ejércitos de ocupación para lograr sus objetivos y los de las élites dominantes.
Para ello, ahora utilizan a algunos sectores de la oposición política, a parte de los jueces y a varios medios de comunicación, actualmente transformados en medios de confusión y persuasión.
También se sirven de grupos y facciones civiles de ultraderecha.
Esos grupos y facciones promueven públicamente un individualismo reaccionario, ponderando la meritocracia y la competencia.
Pregonan el libre mercado con políticas neoliberales de ajuste y achicamiento, que vulneran derechos.
Presionan y manipulan el mercado cambiario.
Cuestionan la inmigración latinoamericana y rechazan las políticas de género.
Impulsan la alianza con ciertos sectores religiosos- poco democráticos- del cristianismo evangélico y del ultra-catolicismo.
Fogonean manifestaciones de sectores marcadamente autoritarios y de minorías policiales.
Pregonan odio, desánimo y desconcierto.
Utilizan conceptos fáciles y simples. Apelan a la emoción más que a la razón.
Destruyen la honra de cualquier persona que se atreva a ofrecer pública resistencia a sus intereses.
Dañan la imagen de las entidades que no se someten a sus designios, o que esclarecen realidades.
Calumnian líderes populares, y hasta encarcelan a luchadores sociales, en tanto éstos sean capaces de organizar la actividad y la resistencia de los humildes.
Interactúan en las redes sociales cautivando confusos e inocentes escribas.
Otra vez acuden a la mentira, al engaño, a la desinformación y a la acusación infundada.
Otra vez manipulan y colonizan mentes.
La lucha que invocan, ya no es contra el comunismo. Ahora es contra la corrupción, el narcotráfico, o por la separación de poderes.
Todo lo hacen con el objeto de hacer fracasar proyectos emancipatorios elaborados con apoyo popular, para luego imponer autoritariamente la restauración conservadora y neoliberal, y apoderarse también de los recursos naturales.
Pasaron 45 años del golpe genocida. Pero algunos de sus ideólogos y varias de sus consecuencias todavía persisten.
Pasaron 45 años de aquella fecha trágica, pero el autoritarismo y la ultraderecha siguen ahí, y avanzan en la vieja Europa y también en nuestra América Latina …. Nuevamente la democracia en riesgo.
Ante ello, desde la APDH Regional Balcarce recordamos el doloroso pasado, condenamos toda represión, venga de donde venga, y alertamos sobre estos serios peligros que suceden en nuestro presente.
Honrando la memoria, brindamos un homenaje a nuestras desaparecidas y desaparecidos, y recordamos su ejemplo de vida y compromiso por la igualdad, que ilumina nuestro futuro.
Reclamando mayor agilidad en los juicios a los represores y sus cómplices civiles, también en Balcarce Plantamos Memoria y reafirmamos que ¡ Son 30 mil !
Ni olvido, ni perdón ni reconciliación.
¡¡¡¡ Memoria, Verdad y Justicia !!!!!!
30.000 compañeras y compañeros desaparecidos : Presente !!!!.. Ahora y Siempre!!!
Balcarce, 24 de marzo de 2021