La APDH expresa su profundo pesar por la tragedia padecida por lxs adolescentes gemelxs argentinxs, quienes se arrojaron del balcón del tercer piso donde vivían, en la Ciudad de Barcelona

APDH Nacional

La Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) expresa su profundo pesar por la tragedia padecida por lxs adolescentes gemelxs argentinxs, quienes se arrojaron del balcón del tercer piso donde vivían, en la Ciudad de Barcelona.

Entendemos que lo allí sucedido es consecuencia de la salvaje discriminación y violencia sufridas en razón de su condición de migrantes, su nacionalidad, su idioma, identidad lingüística, su género y su opción de género, agravado aún más por su condición de niñxs.

Sin embargo y aún así, debemos resaltar que no alcanza con ser víctima de todos y cada uno de los padecimientos mencionados para culminar en tan desgraciados hechos, sino que se requiere que a todas esas execrables conductas se le sume la complicidad de una sociedad violenta, endémicamente patriarcal.

No es España. Es el odio xenófobo, es el odio de género, es el bullying, es el hostigamiento, es la transfobia, es la desidia, es la irresponsabilidad y negligencia de quienes no acuden pronta, profesional y eficazmente en auxilio y protección de las personas que se encuentran en condiciones de vulnerabilidad agravada y respecto de quienes, desde sus distintos roles, se encuentran obligadxs.

En Argentina sabemos de esto. Los suicidios por bullying aumentan año tras año. Desde nuestra organización alertamos acerca de la urgente necesidad de generar un compromiso social de convivencia saludable que habilite el desarrollo de auténticas tareas de prevención  y exigimos que el Estado refuerce, con la severidad que tales hechos imponen, mediante acciones multidimensionales, concretas y eficaces, sus políticas públicas ejerciendo asimismo, adecuados controles en los establecimientos educativos en todos sus niveles, donde esta modalidad de maltrato humano crece día a día. Porque cada vez que el sistema fracasa, nuestras infancias y adolescencias mueren.