¡Hasta la victoria, siempre, Alba!
Hoy la tristeza nos invade porque el día se viste de despedida y no es cualquier despedida. Se nos fue Alba Lanzillotto, enorme luchadora que con su pedagógica ternura trabajó incansablemente por la Memoria, la Verdad y la Justicia.
Alba es el claro ejemplo de aquella frase que nos recuerda que la única lucha que se pierde es la que se abandona. Su familia estuvo atravesada por el terrorismo de Estado, la persecusión, las torturas y las desapariciones, pero también la lucha incansable, la resistencia, la militancia por las causas justas.
En 1985, cuando volvió del exilio al que partió junto a su familia en 1976, se unió a Abuelas de Plaza de Mayo, organismo que integró colaborando activamente en la recuperación de les nietes durante 20 años. Sus hermanas Ana María y María Cristina Lanzillotto fueron secuestradas durante la última dictadura cívico militar. Ana María estaba embarazada al momento de su secuestro y Alba buscó a su sobrino apropiado durante décadas. Finalmente, en 2016, pudo abrazarlo.
Nos queda su huella, sus enseñanzas llenas de amor y solidaridad. Honraremos su lucha. Acompañamos en este momento a su familia y a Alba Pereyra Lanzillotto quien forma parte de nuestra Asamblea Federal.
Imagen extraída de abuelas.org.ar