La APDH ante la justificación de la mal llamada “justicia” por mano propia
Es habitual que ante la difusión periodística de hechos en los cuales la víctima de un delito mata a su agresor cuando este ya no es una amenaza, un sector de la sociedad salude con entusiasmo tal conducta tildándola de “justiciera”.
El ministro de seguridad bonaerense Sergio Berni, al igual que lo hiciera la ex ministra Patricia Bullrich mientras ejerció su mandato, se expresó públicamente acompañando la posición de quienes protagonizan aquellas prácticas. Con esas lamentables intervenciones, rayanas con la apología del delito, legitimante de los discursos autoritarios, se alienta y fortalece a los sectores violentos de la sociedad. Es en ese contexto que las fuerzas de seguridad y policiales, se justifican y creen avaladas en el uso indiscriminado de la violencia, con las dolorosas consecuencias en pérdidas de vidas humanas que ese accionar provoca.
La cuestión adquiere extrema gravedad cuando quien justifica esa mal llamada “justicia” por mano propia es un funcionario del Estado. Sea que lo hagan por demagogia o convicción, quienes así actúan no deberían tener responsabilidades públicas en un Estado democrático.
Desde la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) afirmamos enfáticamente que nada justifica que una persona mate a otra, menos aún que lo haga cuando esa otra se encuentra indefensa. Éticamente es inadmisible. Toda sociedad civilizada debe ser terminante en rechazar la institucionalización de la mal llamada “justicia” por mano propia. Por ello urgimos una vez más en que desde la Administración del Estado, se eduque y concientice en valores democráticos y en el respeto irrestricto a los derechos humanos a sus funcionarios y funcionarías y a sus fuerzas de seguridad.